Especialistas en Cirugía de Luxación Acromioclavicular
La luxación acromioclavicular es una lesión que afecta la articulación entre la clavícula y el acromion, una parte del omóplato. Generalmente, ocurre debido a golpes directos en el hombro, caídas o traumatismos deportivos. Dependiendo de la gravedad, esta lesión puede requerir tratamiento conservador o una cirugía de luxación acromioclavicular para restaurar la estabilidad de la articulación y recuperar la movilidad del hombro.
¿Cuándo es necesaria la cirugía de luxación acromioclavicular?
La decisión de optar por una cirugía depende del grado de la luxación. Se clasifica en seis niveles, siendo los grados I y II lesiones leves que pueden tratarse con fisioterapia y reposo. Sin embargo, los grados III a VI suelen requerir cirugía debido a la inestabilidad severa y el desplazamiento de la clavícula.
Se recomienda la cirugía de luxación acromioclavicular cuando:
- Existe una separación importante de la clavícula y el acromion.
- Hay dolor intenso y persistente que no mejora con tratamientos conservadores.
- Se compromete la funcionalidad del brazo y el hombro.
- Se trata de una persona joven o atleta que necesita una recuperación óptima para su actividad física.
Tipos de cirugía para la luxación acromioclavicular
Reconstrucción con injerto de ligamento: Se utiliza tejido del propio paciente o sintético para restaurar la estabilidad de la articulación.
Fijación con placas y tornillos: Se colocan dispositivos metálicos para mantener la clavícula en su posición correcta.
Artroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo que permite reparar la lesión con pequeñas incisiones, reduciendo el tiempo de recuperación.
Recuperación tras la cirugía de luxación acromioclavicular
Primeras semanas: Se inmoviliza el hombro con un cabestrillo y se controlan el dolor y la inflamación con medicación y terapia de frío.
Rehabilitación temprana: A partir de la tercera o cuarta semana, se inicia la fisioterapia con movimientos suaves para evitar la rigidez.
Fortalecimiento progresivo: Entre las 6 y 12 semanas, se incluyen ejercicios de fortalecimiento y movilidad del hombro.
Retorno a la actividad normal: En la mayoría de los casos, el paciente puede retomar sus actividades cotidianas en 3 a 6 meses, dependiendo de su evolución y compromiso con la rehabilitación.
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