Fractura de los huesos en las extremidades: Küntscher y su novedosa e arriesgada solución

Los avances traumatológicos desarrollados en los campos de batalla durante la segunda guerra mundial trajeron prosperidad a las generaciones del porvenir post-bélicos. Cientos de soldados en el frente europeo sufrían fracturas de huesos y heridas de bala que perforaban los huesos, haciendo de su recuperación un infierno. Los médicos que acompañaban a las tropas no podían hacer nada más que emplear férulas con lo que tenían a la mano y dejar a los hombres malheridos a su suerte.

Sin embargo, en el 44 en medio de todo el caos del frente oriental, un médico alemán uso una arriesgada técnica personal que fue crítica en el año de su presentación para reducir el tiempo de convalecencia de los hombres con terribles fracturas.  Su apellido quedaría en la historia de la medicina traumatológica y maravillaría a los militares Aliados tanto que, lo llevarían a los Estados Unidos para que enseñará su descubrimiento.

Gerhard Benno Gustav Küntscher nació en 1900, después de graduarse de la escuela y servir como guardia de frontera, ingreso a estudiar a la facultad de medicina donde después de grados de dedicación obtendría el grado necesario para ejercer como médico profesional. Inspirado en investigaciones pasadas y en la ingeniería mecánica, Küntscher empezó a trazar su legado.

A él le fascinaba como los ingenieros reparaban los zepelines. Usualmente, cuando los tubos que ayudaban a funcionar a los grandes motores se rompían, los ingenieros utilizaban un pegamento que formaba una especie de costra. Al principio, la solución mostraba efectividad, pero con el paso del tiempo estos tubos se “fracturaban” y no soportaban la presión, averiando más a la enorme aeronave.

Küntscher comparó este fascinante resultado con el sistema de regeneración biológica de estas fracturas de huesos, estos segregan una especie de materia que rellena las grietas y huecos, al no existir algo que los direccione a la posición normal, el hueso se deforma e incluso se vuelven frágiles. Para finalizar, concluyó que el callo de fractura sólo puede soportar una pequeña parte de las solicitaciones a las que está sometido un hueso sano.

La crítica conservadora : fracturas de huesos

En marzo 1940, frente a los más brillantes científicos alemanes en la reunión de la Asociación Alemana de Cirugía, Küntscher expuso el trabajo que llevaba realizando desde 1925. A base del seguimiento de 77 personas, el aún joven doctor mostró el aparato similar a una varilla que se ajustaba gracias a unos clavos alrededor del hueso porque el fijador tenía la similitud de un trébol que conectaba ambas cabezas del hueso largo. En Berlín, presentó el resultado de 13 exitosos enclavados intramedulares en diferentes tipos de fracturas de  huesos largos.

A pesar de la novedosa idea, médicos vigentes en las teorías tradicionales lo criticaron duramente incluso uno llamado König, se preguntó en voz alta sobre la necesidad de golpear el hueso con un clavo tan horroroso una vez estaba reducida la fractura. El asesor de Küntscher lo defendió en un acalorado debate. Al no obtener la defensa requerida, Küntscher hizo de oídos sordos y siguió en su trabajo.

Resultado final

Para que el clavo intramedular de Küntscher viera e mundo tuvo que pasar casi una década. En 1952 y ya perfeccionado, el clavo intramedular se basaba en el apoyo en tres puntos del hueso a los que llamaremos y clasificaremos en punto “A” de entrada, punto “B” en la zona medular de contacto y el punto “C” el hueso esponjoso de la extremidad distal sección en trébol de tres hojas.

El clavo opera como una férula y gracias a los tres puntos de contacto dentro del hueso permite solicitaciones axiales que ponen en contacto un fragmento con otro y previene la angulación, la traslación y en menor medida, la rotación de los fragmentos entre sí.

La idea principal de Küntscher ha ido modificándose para aumentar las indicaciones y conseguir una mayor garantía de los tratamientos. En los inicios, como ya hemos planteado, se presentaban problemas mecánicos importantes pero la modernidad le otorgo la propiedad de adaptación para cualquier tipo de hueso y de fractura que se presente.