¿Qué es la cirugia percutánea del pie?
Es un proceso quirúrgico que trata las patologías del pie basadas en alteraciones de los huesos o de los tejidos blancos. En la totalidad de los casos se utiliza anestesia loco-regional (sólo se anestesia desde el tobillo hacia el pie), con lo que se disminuye de una manera muy significativa las posibles complicaciones anestésicas.
¿Por qué se realiza?
El procedimiento está destinado a tratar patologías pequeñas pero molestosas en el pie, por ejemplo, los juanetes y la metatarsalgia, traducido como dolor en la base de los dedos del pie. Otras patologías de índoles similares son:
- Dedos en garra o dedos en martillo.
- Juanetillo de sastre, el primo lejano del juanete, que curiosamente, solo afecta al quinto dedo del pie.
- Hallux rigidus: Es una artrosis que afecta al dedo gordo. En ocasiones requieren de técnicas de Cirugia Abierta.
- Espolón calcáneo: Hueso que sobresale del talón.
- Neuroma de Morton: Un engrosamiento del nervio que se sitúa en el espacio que existe entre el tercer y cuarto dedo del pie.
Procedimiento
Las intervenciones quirúrgicas de pie se realizan a través de incisiones pequeñas, sin exposición directa de la zona afectada y minimizando los traumas que afectaron a los tejidos próximos. La operación se realiza con un control radiológico, es decir, con ayuda de radiografías en vivo, que permite a los especialistas orientar las acciones a realizar.
Gracias a este tipo de cirugia de pie, muy moderna e innovadora, no se requiere abrir la extremidad, se consigue el tratamiento las diferentes patologías del pie con mínimo riesgo de dañar la piel de entre dos y tres milímetros, mientras que con las técnicas quirúrgicas tradicionales se exigían incisiones grandes o incluso la eliminación de articulaciones en casos graves.
Cuidados tras la intervención
Después de la cirugia de pie, el intervenido usará un tipo de calzado de ala ancha y de suela rígida que ayude a disminuir la carga sobre el pie comprometido, por lo que es aconsejable no operar ambos pies a la vez.
Al ser clasificada como una cirugia ambulatoria, finalizada la intervención, en el quirófano se coloca al paciente un zapato post-quirúrgico con el que podrá caminar a partir de ese momento.
La primera revisión se suele realizar en una semana para retirar los puntos. Respecto al vendaje quirúrgico, se instruye al paciente como colocar el nuevo vendaje que cambiará el mismo a diario tras el aseo personal durante dos-tres semanas. En este periodo de tiempo mantendrá el zapato post-quirúrgico y a partir del mes utilizará calzado normal de manera progresiva.