Usain Bolt: lesionado se despide de las carreras



La tarde del 12 de agosto de 2017 acabaría sorpresivamente. El mundo estaba expectante de la que sería la última carrera del “Rayo humano”, mejor conocido como Usain Bolt, en el Mundial de Atletismo con sede en Londres, evento que se celebra cada dos años y reúne a los mejores velocistas del mundo.

Desde los juegos olímpicos de Beijing en 2008, Bolt se mantenía en el podio. Los medios de comunicación lo apodaron “el hombre más rápido del mundo”, título que quedo avalado por los records que batió el jamaiquino, posicionándolo en el top mundial de atletas históricos que el mundo a conocido.

Sin embargo, todo eso cambiaría al sufrir una lesión de biceps. La final de la carrera de relevos 4×100 iniciaría con un disparo al aire. Los corredores salieron de sus puestos de partida a gran velocidad. Gran Bretaña y Estados Unidos tomaron la delantera. Jamaica se encontraba en tercer lugar. Cuando el segundo corredor jamaiquino le entrego la posta al tercero, dependía de Bolt remontar la carrera.

Tras entregarle el bastón, el Rayo aceleró con la esperanza de alcanzar al inglés y al norteamericano, no obstante, eso no ocurriría. Pronto las cámaras enfocaron al jamaiquino tirado en el suelo, quejándose de dolor. Se agarraba la rodilla y gritaba al cielo con muecas de lamento. La carrera finalizó sin el “Rey” en primer puesto. Los camilleros se acercaron y lo levantaron para que lo atiendan.

Las redes sociales estallaban de ironía. “Ha fingido la lesión”, “él podía haber ganado, pero su ego se lo impidió” se leía en Twitter y en Facebook. Días después, Usain declaró en su defensa e incluso detalló lo que le diagnosticaron “Nunca he engañado a mis fans de ninguna manera y mi gran deseo en el Mundial era correr una última vez por ellos»

«Lamentablemente tengo una lesión de bíceps femoral de la pierna izquierda por la que necesito tres meses de rehabilitación» sentenció en su perfil.

¿Qué es la lesión de bíceps femoral?

En la cara posterior de la pierna existen tres ligamentos: el bíceps femoral, semitendinoso y el semimembranoso. A este trío se le conoce como músculos isquiotibiales, que sirven como resortes a la hora de correr gracias a su increíble flexibilidad. Cuando el deportista realiza un movimiento brusco, se sobresfuerza y supera el límite de resistencia corporal, estos tendones que unen a los huesos y a los músculos se desgarran, se rompen, ocasionando hemorragia interna y la imposibilidad de caminar y flexionar la rodilla.

¿Cómo se clasifican los tipos de desgarro?

Tres grados de lesión clasifica a las patologías de las personas.

Grado 1: Se trata de una distensión leve. Experimentarás dolores suaves y sentirás hinchada la pierna minúsculamente.

Grado 2: hablamos de un desgarro parcial de uno o más de los músculos isquiotibiales. Posiblemente no podrás estirar las piernas. Caminar será una tarea difícil porque el dolor vendrá.

Grado 3: Desgarro total o completo de uno o más de los músculos isquiotibiales. Dolerá bastante y prácticamente no estirarás la pierna por completo. Sentirás inflamado a tu extremidad comprometida. Probablemente necesitarás muletas para caminar.

¿Cómo tratar esta lesión?

Inminentemente, se debe proceder a operar, si es posible de inmediato. Las primeras 24 y 72 horas son vitales, si no es tratado a tiempo la probabilidad de rigidez aumenta, la tasa de éxito y la recuperación posterior empeoran y hay un alto riesgo de que el paciente padezca dolores residuales.

Así que el traumatólogo procederá a cortar una pequeña apertura en la zona dañada para reinsertar el tendón al hueso gracias al uso de grapas especiales.  Posteriormente un descanso de 6 meses aliviará los dolores que la operación dejó. Además de aplicarse hielo e ingerir analgésicos que desinflamarán la contusión.





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